Pablo NERUDA 1904-1973 聶魯達


我喜歡你沉默的時候

我喜歡你沉默的時候,因為你彷彿不在,
你遠遠地聽我說話,而我的聲音觸不到你。
你的眼睛好像已經飛走,
好像一個吻已經封住了你的嘴巴。
由於萬物都充滿我的靈魂,
你從萬物中浮現,充滿我的靈魂。
夢之蝴蝶,你就像我的靈魂,
你就像「憂鬱」這個詞。

我喜歡你沉默的時候,你彷彿在遙遠的地方。
你彷彿在哀嘆,一隻喁喁私語的蝴蝶。
你遠遠地聽我說話,而我的聲音夠不著你:
讓我跟著你的靜默一起沉默。
讓我和你交談,用你的靜默—--
明亮如一盞燈,簡單如一只戒指。
你彷彿是夜,默不作聲,滿佈繁星。
你的靜默是星子的靜默,如此遙遠而單純。

我喜歡你沉默的時候,因為你彷彿不在,
遙遠而令人心痛,彷彿你已經死去。
那時,一個詞,一個微笑就夠了,
而我感到歡喜,歡喜那並不是真的。

(陳黎譯)
Me gustas cuando callas porque estás como ausente

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca. 
Parece que los ojos se te hubieran volado 
y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma 
emerges de las cosas, llena del alma mía. 
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma, 
y te pareces a la palabra melancolía. 

Déjame que te hable también con tu silencio 
claro como una lámpara, simple como un anillo. 
Eres como la noche, callada y constelada. 
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo. 

Me gustas cuando callas y estás como distante. 
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo. 
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza: 
déjame que me calle con el silencio tuyo. 

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto. 
Una palabra entonces, una sonrisa bastan. 
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto. 



今夜我可以寫出最哀傷的詩篇

今夜我可以寫出最哀傷的詩篇。
寫,譬如說,「夜被擊碎
而藍色的星在遠處顫抖。」
晚風在天空中迴旋歌唱。
今夜我可以寫出最哀傷的詩篇。
我愛她,而有時候她也愛我。
而許多彷彿此刻的夜裡我擁她入懷。
在永恆的天空下一遍一遍地吻她。
今夜我可以寫出最哀傷的詩篇。
想到不能擁有她,想到已經失去了她。
聽到那遼闊的夜,因她不在而更遼闊。
詩遂如草原上的露珠滴落心靈。
今夜我可以寫出最哀傷的詩篇。
想到不能擁有她,想到已經失去了她。
如今我確已不再愛她。但也許我仍愛著她。
愛是這麼短,遺忘是這麼長。
因為在許多彷彿此刻的夜裡我擁她入懷,
我的心不甘就此失去她。
即令這是她帶給我的最後的痛苦,
而這些是我為她寫的最後詩篇。


(陳黎譯)

Puedo escribir los versos más tristes esta noche

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. 
Escribir, por ejemplo: “La noche está estrellada, 
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.” 
El viento de la noche gira en el cielo y canta. 

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. 
Yo la quise, y a veces ella también me quiso. 
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos. 
La besé tantas veces bajo el cielo infinito. 

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. 
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. 
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella. 
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío. 

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. 
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. 
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. 
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. 

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido. 
Aunque éste sea el último dolor que me causa, 
y éstos sean los últimos versos que le escribo. 


Poema original de Pablo Neruda 
Pablo NERUDA 1.904-1.973 

Puedo escribir los versos más tristes esta noche

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. 
Escribir, por ejemplo: “La noche está estrellada, 
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.” 
El viento de la noche gira en el cielo y canta. 

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. 
Yo la quise, y a veces ella también me quiso. 
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos. 
La besé tantas veces bajo el cielo infinito. 
Ella me quiso, a veces yo también la quería. 
¡Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos!

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. 
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. 
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella. 
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío. 
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla. 
La noche está estrellada y ella no está conmigo. 

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. 
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. 
Mi alma no se contenta con haberla perdido. 
Como para acercarla mi mirada la busca. 
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo. 

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise! 
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. 

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos. 
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. 
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. 
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. 

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido. 
Aunque éste sea el último dolor que me causa, 
y éstos sean los últimos versos que le escribo.